Archivos del Autor: Eric Gonzalez

Una estela de dolor

En la discusión «madura, informada y propositiva» sobre la legalización del aborto, es necesario ser veraces y no tener miedo a ser acusados de campaña del terror. La verdad no la provoca. Ser de los pocos países del mundo donde no está aprobado el aborto es un punto a favor. Nos permite conocer los efectos que el aborto ha provocado en otras naciones.

Uno de los efectos es el de las consecuencias del aborto en la mujer. Por los estudios de los especialistas, sabemos que el aborto – legal o no – puede generar en la madre trastornos físicos y tenemos casi completa certeza que provoca un alto porcentaje de secuelas sicológicas. Los estudios señalan que algunos de los síntomas más frecuentes son ansiedad, conducta agresiva, pesadillas, pensamientos o actos suicidas, bulimia, anorexia, abuso de alcohol y drogas y ruptura de relaciones de pareja. Conocemos, también en nuestra actividad pastoral, que puede tardar muchos años en manifestarse, pero que una vez aflorado, no logra se superado con facilidad. El aborto voluntario hiere constantemente la conciencia de esas personas y el paso de los años acelera el dolor. Y no siempre se trata de personas con valores religiosos. Por eso se han desarrollado programas para su tratamiento. Señala un estudioso sobre el tema que «después del trauma que supone el aborto se deteriora la afectividad, la capacidad de querer, la voluntad, y todo lo demás viene en cascada: la ruptura con parejas sucesivas, la depresión y otras consecuencias negativas». El informe más relevante que se ha hecho en esta materia es el de la doctora Colleman publicado en el British Journal of Medicine, sobre un universo de casi un millón de mujeres que abortaron en un período de más de diez años; comprobó que sobre el 87% de ellas tenía algún tipo de trastorno psicológico. Incluso instituciones pro aborto como la Federación Internacional de Planificación Familiar, en su Plan Trienal del período 1990-1993, señalaba que «una serie de estudios y encuestas de los opositores al aborto han mostrado que la incidencia del trauma post-aborto puede llegar a afectar al 91 por ciento de los casos».

Como sociedad chilena, estos efectos deberían ser objeto de un estudio serio por parte de nuestros legisladores y del gobierno que pretenden llevar adelante la despenalización del aborto. Sería necesario escuchar a los que conocen científicamente el tema, tomar los estudios del extranjero y oír a mujeres que lo han sufrido. Quizá muchas personas cambien de opinión al conocerlos. Un insumo posible es la pagina www.nomassilencio.com o www.proyectoesperanza.cl que tienen datos científicos y testimonios reales y ofrece ayuda a personas que han abortado.

Agreguemos a estos efectos otra realidad. La de los hijos nacidos en una familia donde la madre se ha practicado un aborto. Se trata de un aspecto difícil de descubrir y que aún no está completamente estudiado. Pero el hecho esencial se puede mover en dos líneas. La duda del hijo acerca de los posibles miembros de la familia – sus hermanos – que no llegaron a ella como consecuencia del aborto y la posible desconfianza en la relación materna acerca de si sobre él alguna vez estuvo presente la posibilidad de no llegar a vivir. Otro tema para un estudio serio. Uno de los padecimientos más increíbles descubiertos en los países donde el aborto se ha legalizado es de los sobrevivientes del aborto, que manifiestan trastornos muy complejos.

Por último, está el caso del padre que promovió el aborto de un hijo por él concebido y de otras personas, parientes cercanos, incluso personal médico. Al parecer no está tampoco tan estudiado como el caso de la mujer. Pero es legítimo preguntarse por estas posibles situaciones. En el ámbito espiritual también encontramos, de tanto en tanto, casos así y que enfrentan la incapacidad de salir del trastorno que les ha provocado este hecho. Algunas veces esto ocurre muchos años después, incluso siendo abuelos, al ver la llegada de un nieto o en años muy avanzados. También en este ámbito quienes quieren darnos leyes que permitan el aborto deben estudiar e informarse y luego informarnos, antes de legislar.

En el fondo, ponerse sobre las espaldas una ley que permita el aborto es una carga moral pesadísima para nuestros legisladores, para la Presidenta y para la Patria misma. Hacerlo no puede ser consecuencia de confrontaciones ideológicas o sólo religiosas, ni menos de mayorías que hoy son y mañana pueden ya no ser. Así como en otros ámbitos, las normas legales posteriores pueden cambiar las anteriores y esto es habitual e incluso conforme al bien social. En el caso de la despenalización del aborto, la incidencia socio-cultural y antropológica que provoca no tiene fácil marcha atrás en el corto o mediano plazo, pese a que podamos comprobar en los hechos los efectos negativos que una determinada normativa ha provocado. La experiencia extranjera en esta materia es muy importante.

El establecimiento del aborto, sabemos, provoca en la sociedad confrontaciones sociales muy fuertes, divisiones profundas que marcan décadas y tensionan las sociedades y las mismas familias. En realidad, es necesario una meditación profunda, abierta y permanente, para asegurarse no dar pasos en falso y dejar una estela de dolor lanzada al futuro de la Patria.

+Francisco Javier Stegmeier Schmidlin
Obispo de Villarrica

 

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Marcha por la vida tuvo multitudinaria convocatoria en Valparaíso

Viña1El punto de encuentro fue la Plaza Cívica de Valparaíso, desde donde alrededor de las 11:30 horas, una gran columna de personas –mayormente niños y niñas pequeños, familias completas y un gran número de jóvenes secundarios y de educación superior– comenzaron a avanzar en dirección a Av. Brasil hasta General Cruz. Según informó UCV Radio, los participantes llegaron con coloridas pancartas y se generó un ambiente de gran alegría.

A la marcha también asistió la Consejera Regional, Evelyn Mansilla, quien manifestó: “estoy comprometida con esta causa porque es parte de mis valores y quiero aprovechar de hacer un llamado a los parlamentarios de nuestro país para que se sumen en esta noble cruzada y protejan los derechos de los niños y niñas que están por nacer”.

Por su parte, Matías Zulueta, el creador y organizador del “FDV” indicó: “esta es la primera de muchas iniciativas que estamos generando en la región y seremos la voz de los que no tienen voz, hasta quelogremos concientizar a los legisladores que despenalizar el aborto es legalizar la pena de muerte para los niñas y niños que están por nacer”.

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En el norte de Chile marchan por la vida

marcha2Con el fin de dar una señal clara contra el aborto, los católicos de la ciudad participaron de la ‘Marcha por la vida’, en la que recorrieron el centro de la ciudad de Iquique, el hospital regional, hasta llegar al Cementerio 3.

El evento, en el que participaron cerca de 1.500 personas, comenzó con una misa en la Catedral, la que ofició el obispo de Iquique, monseñor Guillermo Vera, para luego dar paso a la marcha, que recorrió las calles Obispo Labbé, Esmeralda, Eleuterio Ramírez, Tarapacá, Héroes de la Concepción, Zegers y Salvador Allende, donde llegaron al Cementerio 3, para colocar la estatua de la Virgen de los No Nacidos, la que fue donada desde México a la ciudad.

‘Estoy contento con la convocatoria, que ha sido muy grande y en donde proclamamos el valor de la vida humana y donde colocamos la imagen de la virgen, para que las personas que hayan perdido un hijo y que muchas veces no lo hayan sepultado, puedan tener un lugar de oración en la ciudad’, dijo Guillermo Vera.

En el cementerio, se leyó un discurso y se agradeció a los asistentes su convocatoria, además de elevar una plegaria por todos los nonatos, los que fueron simbolizados por globos blancos que los presentes soltaron al aire, como forma de recogimiento.

Esta es la segunda Virgen de los No Nacidos que hay en el país, puesto que la primera de ellas está en la Diócesis de San Bernardo. J (Estrella de Iquique)

Agradecemos a La hermana Noemy Luna junto a Lucy Solar y Giannina Iturra de Proyecto Esperanza por el éxito de la marcha.

 

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La escritora comunista y el aborto

Ginzburg1-635x433Un poco estupefacto me dejan las palabras de algunos críticos de la reforma de la Ley del Aborto por considerarla “confesional”, es decir, que en ella se manifiestan argumentos de una presunta “moral católica”. Quiero recoger aquí los argumentos sobre el aborto de una persona ajena a la confesión cristiana, aunque no por ello lejana de una búsqueda incesante de Dios. La escritora Natalia Ginzburg. Nació en una familia culta de ideas socialistas y antifascistas, y fue diputada durante dos legislaturas por el Partido Comunista Italiano, no dejando de escribir hasta su muerte. Transcribo aquí un bellísimo fragmento de su célebre obra “Las pequeñas virtudes”, para que el lector se familiarice con la sensibilidad de la escritora.

“Y si nosotros mismos tenemos una vocación, si no la hemos traicionado, si a través de los años hemos seguido amándola, sirviéndola con pasión, en el amor que profesamos a nuestros hijos podemos mantener alejado de nuestro corazón el sentido de la propiedad. Si, por el contrario, carecemos de una vocación, o si la hemos abandonado y traicionado, por cinismo o por miedo a vivir, o por un mal entendido amor paterno, o por cualquier pequeña virtud que se ha instalado en nosotros, entonces nos agarramos a nuestros hijos como el náufrago al tronco de un árbol, pretendemos enérgicamente de ellos que nos devuelvan cuanto les hemos dado, que sean absolutamente y sin salida posible tal como los queremos, que obtengan de la vida todo aquello que a nosotros nos ha faltado”
La editorial Lumen publicó recientemente una recopilación de los ensayos de Natalia Ginzburg. En uno de ellos habla de la decisión de abortar. Toda la exquisitez de la escritora se muestra en un texto que demanda una reflexión a conciencia.
“En la idea que tengamos del aborto se esconden los rasgos de nuestra idea de la vida. Con el aborto se ha hecho pedazos nuestra armonía con el futuro, y nos parece que ya no podemos prometer el futuro a nadie. Sobre un pensamiento así no se puede construir nada, pues no es un pensamiento constructivo, sino una especie de fuego que cada uno enciende en soledad y por su cuenta. Abortar es matar, pero se trata de un homicidio que no puede compararse con ningún otro. Es separarse para siempre de una individual, concreta y real posibilidad viviente. Sabemos muy bien que matar está mal, pero aquí, en presencia de una posibilidad viva pero inmersa en la oscuridad, también la idea del bien y del mal está inmersa en la oscuridad. La elección es privada y oscura, pero no porque exista un libre derecho de elección, ni porque “la barriga es mía y hago con ella lo que quiero“. Es una horrible facultad de elegir, la vida o la nada. Quien elige debe elegir por dos, y el otro está mudo”
Javier Alonso Sandoica

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