Carta al Director El Mercurio Martes 14 de Julio

Un muy mal proyecto

 

Independiente de la posición que se tenga respecto del aborto, el actual proyecto que presenta el Ejecutivo para despenalizarlo en tres causales, técnicamente es muy malo, ya que se sustenta en una interpretación errada de la evidencia existente.

En relación con la mortalidad materna, el objetivo del proyecto buscaría disminuirla, permitiendo la interrupción del embarazo en aquellas mujeres con riesgo vital presente o «futuro». Es importante señalar que la mortalidad materna chilena es una de las más bajas del continente, aun con una legislación poco permisiva. Ninguna de las muertes maternas ocurridas en los últimos años se habría evitado con esta ley, pues estas no ocurrieron por falta de intervención médica, sino por complicaciones en el tercer trimestre de embarazo o asociadas al parto. Considerar que médicos generales se hagan cargo de pacientes de alta complejidad, como plantea la iniciativa legal, es un error técnico grave. Cualquier situación eventual puede ser invocada como «riesgo futuro», expandiendo la realización de abortos. Así, en esta causal el proyecto no resuelve ningún problema real y podría, incluso, aumentar las muertes maternas.

En la segunda causal, esta iniciativa legal procura resolver un drama real: el sufrimiento de una madre frente a un hijo con una malformación grave. Es una simplificación pensar que este proyecto resuelva de manera integral este drama. Aunque el diagnóstico de algunas de estas patologías puede hacerse precozmente en el embarazo, eso no corresponde a la realidad nacional, y la gran mayoría se hace después de las 20 semanas. A esta edad gestacional, toda madre ha establecido un vínculo con su hijo, y el aborto solo ofrece ponerla en la encrucijada de decidir si su hijo vive o muere, cuando realmente necesita apoyo, acompañamiento, cuidados médicos paliativos, nada de lo cual está planteado. Cabe señalar que el diagnóstico de certeza de una malformación fetal es muy complejo, aun en manos de especialistas; no obstante, el proyecto plantea que pueden hacerlo médicos generales. Nadie en su sano juicio aceptaría realizarse una cirugía cardíaca diagnosticada y manejada por un médico general. ¿Por qué el estándar debe ser menos para el diagnóstico y manejo de malformaciones fetales?

Respecto de la tercera causal, el objetivo del proyecto es que mujeres que han sido violadas no carguen con el drama de tener al hijo del violador. Nadie puede ser indiferente a esta tragedia; sin embargo, el proyecto solo propone poner fin al embarazo, omitiendo gravemente la denuncia y persecución del delito. Dado que la mayoría de los embarazos por violación son provocados por un conocido en el entorno de la víctima, el actual proyecto propone eliminar al hijo, pero no previene que la mujer siga en el entorno del abusador. Además, la interrupción del embarazo a las 12 o 18 semanas puede tener graves consecuencias físicas y psíquicas para la madre, pero el proyecto no plantea ningún tipo de prevención para ellas.

Finalmente, este proyecto no resuelve el problema del aborto clandestino. Sabemos que la actual legislación permite claramente actuar para los casos de riesgo vital aplicando el buen juicio clínico. Para las otras dos causales es evidente la necesidad de implementar más políticas de prevención y acompañamiento que las existentes. No es aceptable que se le ofrezca a la sociedad el aborto como solución, porque solo generará problemas, como ha ocurrido en los países con aborto legal.

Jorge Becker
Subespecialista Medicina Materno Fetal, Hospital Regional de Talca

Sebastián Illanes
Subespecialista Medicina Fetal, Universidad de los Andes

Elard Koch
Epidemiólogo, director MELISA Institute

 

Carta Original