Vista la carta del cardenal Medina (martes 9) en que formula como un hecho maravilloso la posibilidad de que la Presidenta retirara de su tramitación el proyecto de ley de aborto, después de conversar con el Papa Francisco, quisiera unirme a ese deseo y expresar que hacerlo sería una manifestación grandiosa de la humanidad de la Jefa de Estado, escuchando así no solo las razones médicas y éticas que pueden respaldar esa decisión, sino a los cientos de miles de chilenos y especialmente chilenas que avizoran el peligro. No me logro convencer que ella, siendo madre y médico de niños, sea la propugna- dora de un proyecto de tal gravedad para Chile y su futuro. Me viene a la mente una y otra vez la figura del Presidente del Uruguay, Tabaré Vázquez, que se opuso tenazmente a un intento similar, o la de la señora Kirchner, que dijo «siempre me he definido en contra del aborto”.
JUAN IGNACIO GONZÁLEZ E.
Obispo de San Bernardo