Aborto: Realismo Trágico

Cartas al Director El Mercurio 9 mayo 2016
 

Señor Director:

En la carta «Aborto: no más realismo mágico», publicada el 6 de mayo, las señoras Zúñiga, Madrid, Dides y otras, tratan de justificar el aborto, argumentando que el feto de 12 o 14 semanas no puede sentir dolor. Para hacerlo, se basan en un estudio de la revista JAMA, publicado en 2005.

Además, afirman que el proyecto pone los límites para un aborto a las 14 semanas. Nos preguntamos si alguna de ellas habrá leído con detenimiento el proyecto presentado, porque, de ser así, debieran saber que, para las situaciones que están contempladas en él, rara vez se haría un aborto precoz. En caso de riesgo materno, no hay límite de edad gestacional, y las malformaciones excepcionalmente son diagnosticadas antes de las 12 semanas. Entonces, es importante contextualizar lo que se está discutiendo.

La experiencia en unidades de neonatología, donde sobreviven niños cada vez más pequeños (de 22 a 24 semanas), nos muestra claramente que ellos sienten dolor. Esta capacidad no aparece de un momento a otro, sino en forma gradual. Si siendo tan pequeños es evidente que sienten dolor, ¿desde cuándo lo sentirán?

Para que el dolor sea percibido, se necesita que estructuras a distintos niveles funcionen de manera integrada. Terminaciones sensoriales para el dolor, médula espinal, tálamo y corteza cerebral. La primera actividad detectable se observa a las 7 semanas. Entre las 14 y las 20 semanas de gestación, se establecen vías que permiten una percepción «madura» del dolor. Los niños no nacidos pueden ser incluso más sensibles al dolor que un adulto, porque, si bien tienen todas las estructuras del dolor activas, aún no maduran los mecanismos que ayudan a calmarlo.

El estudio al que aluden Zúñiga y compañía se realizó extrapolando el desarrollo de otros circuitos sensoriales (como la visión y la audición), pero no estudiando directamente los circuitos del dolor. Además, concluye erróneamente que se requiere de una respuesta a nivel de la corteza cerebral para sentir el estímulo doloroso. Sin embargo, ha sido demostrado en distintas situaciones que lo que se requiere para poder percibir dolor es el tálamo, y su actividad está bien desarrollada antes de las 20 semanas. Con la evidencia disponible actualmente, podemos concluir que el no nacido puede comenzar a sentir algún tipo de sensación dolorosa desde muy temprano en su desarrollo y no cabe duda de que puede sufrir una espantosa agonía durante un procedimiento abortivo. Esto es realismo, es un realismo trágico.

Con estos antecedentes, no es responsable asegurar que el feto no siente dolor. Sostenemos que incluso si el no nacido fuera incapaz de sentir dolor, esto no es justificación alguna para darle muerte.

Dra. Constanza Saavedra C. Dra. Francisca Valdivieso Dra. Francisca Decebal-Cuza G. María Ester Goldsack Dra. Rosario Rivadeneira Dr. Osvaldo Sepúlveda Miranda

y 225 personas más. Lista firmas

 

Artículo original