Este sábado 2 de abril desde las 11 horas se realizará en la Plaza de Puente Alto una actividad que celebrará a todos los niños y niñas que están por nacer, además de seguir manifestándose en contra de la Ley de Aborto en Chile.

Este sábado 2 de abril desde las 11 horas se realizará en la Plaza de Puente Alto una actividad que celebrará a todos los niños y niñas que están por nacer, además de seguir manifestándose en contra de la Ley de Aborto en Chile.
Mi madre fue abusada sexualmente a los 15 años. A causa de esta violación quedó embarazada. En aquellos años, hablar de sexualidad o cualquier tema parecido era aberrante para la sociedad de aquel entonces y por otra parte causa de vergüenza y desprestigio para cualquier familia. Mamá se enfrentó sola a esta situación y durante seis meses tuvo que soportar el hecho de vivir a metros de su abusador. Pasado este tiempo su vientre comenzó a crecer haciéndose evidente su embarazo; ya no podía seguir ocultándolo.
Fue un momento terrible para toda mi familia, una vergüenza, un motivo para no volver a levantar la cabeza, pero la fe de mi abuela cambió todas las cosas. Ella decidió, como tutora y responsable de mi madre, darme la posibilidad de vivir, por amor a Dios y confiando en que sus propósitos son perfectos para cada ser humano por adversas que parezcan las circunstancias. Mamá me dio a luz un 27 de enero de 1989. Nací bajo malas condiciones económicas, en medio de una crisis familiar y por supuesto momentos de mucha tristeza
Mama no podía con tanto dolor por lo que se marchó de casa dejándome al cuidado de mi abuela a los 16 años aproximadamente. Durante mis primeros años de vida ella trató de estar lo más presente posible en mi crecimiento pero desde lejos, ya que verme le producía día sentimientos muy contrarios entre sí. El tiempo y la distancia nos separaron cada día más. Yo me crié en un hogar cristiano evangélico, pasé mi infancia formándome como persona dentro de una congregación pentecostal, lo que cambió mi manera de pensar, de vivir y que también me dio valor, ese valor que me arrebató la sociedad y la falta de redes de apoyo para una situación como la nuestra.
A mis 16 años me enfrenté a una crisis existencial muy fuerte. Estaba pasando por mi adolescencia y quería encontrar una respuesta, un porqué para todo. Había perdido las ganas de vivir. Entonces, me llevaron a psicólogos, psiquiatras; recibí tratamientos diversos pero nada daba resultado hasta que un día decidí desaparecer, necesitaba una respuesta saber por qué no había nacido en una familia normal conformada por mis padres, hermanos, etc. Cada día vivido era un dolor para mí, por lo que tomé el camino más fácil según mi percepción: intenté suicidarme intoxicándome con pastillas. Llegué a tocar fondo, pero Dios en su infinita misericordia salvo mi vida, y me dio un motivo para vivir, una esperanza, una salvación.
Me sacó de la desesperación y me trajo la calma, comprendí que Dios nada deja al azar que todo tiene su razón de ser, y que todos somos valiosos para El sin importar el modo o condición con la que hayamos llegado a este mundo hay muchas razones por las cuales levantarse cada mañana y agradecer por el nuevo día.
El camino no ha sido fácil para mí, y como yo ¡muchos!. Dios puso en mis manos todas las herramientas necesarias para enfrentar mi vida, para vencer mis temores, pero lo más importante me recordó que El me ama y que se preocupó desde el vientre de mi madre de cada detalle hasta del último pelo de mi cabeza, me recordó que no estoy sola, » Salmos 27:10 dice: Aunque padre y madre te dejarán, con todo te recogerá Jehova»; una promesa como tantas cumplidas en mi vida.
Hoy tengo 27 años de edad, a mi lado tengo a un hombre maravilloso que me ama con mis defectos y virtudes, soy madre de dos hijos hermosos el mayor de 3 años y la menor que ya está por nacer. La lucha continúa porque a diario nos encontramos gigantes para enfrentar; hace un año aproximadamente me detectaron diabetes mellitus tipo 2, a los meses siguientes quedé embarazada por lo que se considera un embarazo de alto riesgo ya que puede producir muchas complicaciones en mi condición entre ella riego vital para el feto y también para la madre; pero aquí estoy sigo luchando con la ayuda de Dios, amo vivir. Y agradezco cada segundo que tengo, ya no me preocupo de lo que pasó, ni de lo que vendrá mañana. Vivo el día a día agradeciendo lo bueno y también lo malo, después de todo somos un milagro de Dios.
En cuanto a la relación con mi madre hace exactamente 3 años ocurrió un hecho que marcó nuestra vida que fue la llegada de mi primer hijo, donde pude compartir con ella el momento de su nacimiento, fue un momento tan especial una nueva oportunidad para nosotras. Estamos más unidas que nunca, estamos de a poco recuperando todo el tiempo que perdimos.
Hasta el año 1989 en Chile estaba permitido el aborto, pero justo en ese mismo año se abolió aquella ley. Para mí no fue una coincidencia, fue la mano de Dios no sólo a mi favor sino también para otros muchos que merecíamos vivir.
¿Si soy feliz? ¡Claro que sí! Inmensamente, no porque mi vida sea fácil, es simplemente porque me aferré a mi fe, esa fe que cree lo imposible. Quizá para la sociedad mi vida estaba escrita para un fracaso, pero no fue así, mamá me dice » le torcimos la mano al destino hija».
Quiero decirles a todos los que alcance este testimonio de vida; a esas madres confundidas, a jóvenes adolescentes como lo era mi madre, que la vida es un milagro de Dios, y que por más duro y cruel que parezca la situación todos merecemos vivir. El aborto no es una solución; la verdadera solución es formar redes de apoyo en situaciones tan terribles como ésta, tal vez si en aquellos mi madre hubiese tenido más apoyo la historia sería otra.
La solución no es la aprobación del aborto, la solución es formar redes de apoyo en nuestro país para estos casos, Ningún camino es fácil, los dos generan algún tipo de dolor en algunos más profundos que en otros pero si hay una gran diferencia entre ambos, vida es esperanza, vida es un milagro, aborto es muerte, aborto es dolor.
La voluntad de Dios es perfecta y me aferro a eso. Tal vez para muchos soy fanática, pero ese fanatismo salvó mi vida y hoy gracias a Dios tengo una vida maravillosa. «Es pues la Fe la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve»
Karina Silva Silva es un bloguera por Salvar El 1 — el 1%, Save The 1. Ella vive en Santiago, Chile.
La vocera de «Valdivia por la Vida» expresó que se vienen otras manifestaciones como la “Marcha por la Vida”, que todavía no tiene fecha definida.
Durante la tarde de este día lunes cerca de un centenar de personas, entre mujeres, varones, y niños, vestidos de negro la mayoría, se manifestaron en contra de la ley que se tramita en el Congreso que despenaliza el aborto.
En la Plaza de la República, se reunieron con carteles que decían “con el aborto no cuente con mi voto”, “la vida siempre es un bien”, “sí a la vida”, entre otras consignas.
La coordinadora de la Agrupación Valdivia por la Vida, Vicky Carrasco Silva, señaló que el movimiento es transversal, sin colores políticos ni religiosos, ya que “el objetivo de la marcha es reflejar nuestra tristeza y nuestro dolor por la ley que se quiere aprobar en nuestro país”.
En este sentido, Carrasco, aseveró que no están de acuerdo con ninguna de las tres causales que se están planteando. En el caso de que esté en peligro de muerte la madre, argumentó que “los médicos están en la obligación de que si la madre corre riesgo de privilegiar la vida de la mamá, eso se está haciendo desde hace años”.
Además la vocera de Valdivia por la Vida, agregó que “el Gobierno no ha hecho nada con respecto al acompañamiento de las mujeres, ningún partido político se ha puesto la camiseta para crear un acompañamiento integral, lo que necesitan las mujeres; y si se aprueba ésta ley de aborto el acompañamiento integral van ser tres visitas domiciliarias y diez sesiones sicológicas, 53 mil pesos va a gastar el Gobierno en total por mujer, y tú crees que realmente una mujer va a salir adelante con eso”.
Finalmente, la dirigente expresó que se vienen otras manifestaciones como la “Marcha por la Vida”, que todavía no tiene fecha definida.
Fuente: elnabegable.cl
El arzobispo de Concepción y presidente de la Comisión Nacional de Bioética, Mons. Fernando Chomali, ha asegurado tras la aprobación de la ley del aborto en la Cámara Baja, que en Chile «se obvió la Constitución que protege la vida del que está por nacer».
El prelado ha concedido una entrevista al diario ‘El Sur de Concepción’, tras su presentación y análisis crítico en la Pontificia Academia por la Vida en Roma del proyecto de despenalización del aborto en tres causales que se discute en el país trasandino, a la luz de los nuevos conocimientos científicos, respecto del estatuto del embrión, la experiencia internacional, la ética y el derecho. En dicha entrevista, explica su postura:
«Me pareció un debate centrado en el supuesto derecho de la mujer a decidir respecto del hijo que lleva adentro, más que el derecho del niño en el vientre materno a que se le respete su vida. Estuvieron ausentes, en el debate, las verdades que otorga la ciencia respecto del estatuto del embrión, de su carácter humano; y también se obvió la Constitución que protege la vida del que está por nacer. Fue un debate que le faltó profundidad y honestidad, en cuanto que algunos diputados y diputadas abogan por el aborto libre y no lo dicen abiertamente, sino que se refugian en estos tres casos dramáticos para causar simpatía. La discusión en Chile es sobre el aborto libre. Este es el primer paso. Los grandes traicionados son quienes no verán la luz del día, fruto de esta votación. También se traicionó la evidencia científica y el sentido común en cuanto estamos hablando de un ser humano inocente que no tiene cómo defenderse. Un ser humano como, en su momento, lo fuimos cada uno de nosotros. Tengo fe que los senadores mirarán con mayor profundidad esta ley, dado que representa un punto de inflexión de la cultura chilena, que quiere imponer como verdad el deseo a la luz de una libertad empobrecida que niega toda verdad objetiva»
El arzobispo indicó que «Chile ha cambiado mucho en estos últimos 30 años»:
«Lo propio de Occidente es el pragmatismo, la falta de reflexión filosófica de sentido de la trascendencia de la vida y de la solidaridad en pos de una sociedad, donde emerge la subjetividad de la persona que crea la realidad. Así, el deseo se convierte en norma de vida. En ese contexto, no hay verdad objetiva que valga siempre, sino que verdades parciales de acuerdo al querer del individuo. Es un cambio cultural mayor. Basta ver lo que está pasando en Occidente para darse cuenta que fracasó», enfatizó. Asimismo, aseveró que le «preocupa la influencia que pierde la verdad que se hayan en los libros de embriología, en los que estudian todos los alumnos de medicina del mundo, que nos dice que, desde el momento de la fecundación, estamos frente a un nuevo ser humano». «Muchos niños y niñas no van a nacer fruto de esta ley. Eso es lo que duele y asusta. Imagínese que el útero será en Chile, como en muchas partes del mundo, el lugar más peligroso para un ser humano. ¿Cómo quedarse callado? Yo no puedo».
Fuente: Infocatolica.cl