Mons. Chomali: «El útero será en Chile, como en otras partes del mundo, el lugar más peligroso para un ser humano»

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El arzobispo de Concepción y presidente de la Comisión Nacional de Bioética, Mons. Fernando Chomali, ha asegurado tras la aprobación de la ley del aborto en la Cámara Baja, que en Chile «se obvió la Constitución que protege la vida del que está por nacer».

El prelado ha concedido una entrevista al diario ‘El Sur de Concepción’, tras su presentación y análisis crítico en la Pontificia Academia por la Vida en Roma del proyecto de despenalización del aborto en tres causales que se discute en el país trasandino, a la luz de los nuevos conocimientos científicos, respecto del estatuto del embrión, la experiencia internacional, la ética y el derecho. En dicha entrevista, explica su postura:

«Me pareció un debate centrado en el supuesto derecho de la mujer a decidir respecto del hijo que lleva adentro, más que el derecho del niño en el vientre materno a que se le respete su vida. Estuvieron ausentes, en el debate, las verdades que otorga la ciencia respecto del estatuto del embrión, de su carácter humano; y también se obvió la Constitución que protege la vida del que está por nacer. Fue un debate que le faltó profundidad y honestidad, en cuanto que algunos diputados y diputadas abogan por el aborto libre y no lo dicen abiertamente, sino que se refugian en estos tres casos dramáticos para causar simpatía. La discusión en Chile es sobre el aborto libre. Este es el primer paso. Los grandes traicionados son quienes no verán la luz del día, fruto de esta votación. También se traicionó la evidencia científica y el sentido común en cuanto estamos hablando de un ser humano inocente que no tiene cómo defenderse. Un ser humano como, en su momento, lo fuimos cada uno de nosotros. Tengo fe que los senadores mirarán con mayor profundidad esta ley, dado que representa un punto de inflexión de la cultura chilena, que quiere imponer como verdad el deseo a la luz de una libertad empobrecida que niega toda verdad objetiva»

El arzobispo indicó que «Chile ha cambiado mucho en estos últimos 30 años»:

«Lo propio de Occidente es el pragmatismo, la falta de reflexión filosófica de sentido de la trascendencia de la vida y de la solidaridad en pos de una sociedad, donde emerge la subjetividad de la persona que crea la realidad. Así, el deseo se convierte en norma de vida. En ese contexto, no hay verdad objetiva que valga siempre, sino que verdades parciales de acuerdo al querer del individuo. Es un cambio cultural mayor. Basta ver lo que está pasando en Occidente para darse cuenta que fracasó», enfatizó. Asimismo, aseveró que le «preocupa la influencia que pierde la verdad que se hayan en los libros de embriología, en los que estudian todos los alumnos de medicina del mundo, que nos dice que, desde el momento de la fecundación, estamos frente a un nuevo ser humano». «Muchos niños y niñas no van a nacer fruto de esta ley. Eso es lo que duele y asusta. Imagínese que el útero será en Chile, como en muchas partes del mundo, el lugar más peligroso para un ser humano. ¿Cómo quedarse callado? Yo no puedo».

Fuente: Infocatolica.cl